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  • Foto del escritorredcomarcamx

Noche de nostalgia y calidad


Anoche, el Staples Center, de Los Ángeles, estuvo repleto de aficionados, que se dieron cita allí, para presenciar la pelea entre Shawn Porter y Errol Spence Jr.


Anoche, el Staples Center, de Los Ángeles, estuvo repleto de aficionados, que se dieron cita allí, para presenciar la pelea entre Shawn Porter y Errol Spence Jr.; llegó a muchos de ellos –en especial, a los de mayor edad– el recuerdo de viejos campeones de combates históricos dentro de esta división, que es la de los welters.

Porter y Spence se enfrentaron en una pelea unificatoria; el primero, campeón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), y el segundo, reconocido por la Federación Internacional de Boxeo (FIB), y quizá haya sido un encuentro formidable, dada la calidad que han mostrado desde que iniciaron sus respectivas carreras profesionales.


Shawn tienen un historial de 30 peleas ganadas, dos perdidas y un empate. Mientras que el récord invicto de Errol es de 25 funciones, con 21 nocauts, cifras que son simplemente impresionantes, como corresponde a dos de los mejores pugilistas de la actualidad.

No queremos pronosticar, puesto que ya pelearon a anoche. Sin embargo, lo que sí podemos asegurar, que fue un gran espectáculo.


Su presencia en la arena angelina llevó, como hemos dicho, a muchos nostálgicos a rememorar a algunos de los más grandes nombres que han reinado en esa división. Por ejemplo, Sugar Ray Robinson, Barney Ross, Kid Gavilán, Carmen Basilio y Henry Armstrong, entre los viejos. Entre los que no lo son tanto, o sea, de épocas recientes y algunos todavía activos, como Sugar Ray Leonard, Óscar de la Hoya, Thomas Hearns, José Ángel Nápoles, Pernell Whitaker y Manny Pacquiao, entre muchos más.

Todos ellos tienen, en sus propias historias, combates inolvidables, que son recordados todavía y los serán, seguramente, por mucho tiempo.


Quién puede olvidar, por ejemplo, aquellas peleas entre Sugar Ray Robinson y Kid Gavilán, o las de Barney Ross contra Henry Armstrong, o el encuentro de calidad excelsa que sostuvieron Oscar de la Hoya y el africano Ike Quartey; el propio Carmen Basilio contra Gavilán, Hearns contra Leonard; y así podríamos continuar.


Los pesos welters forman parte preponderante en la aristocracia del boxeo mundial de todos los tiempos. Entre ellos, por ejemplo, podemos citar a dos que son mencionados permanentemente como los mejores de que se tenga memoria, ambos apodados Sugar, y nos estamos refiriendo, obviamente, a ese par de maravillas que fueron Ray Robinson y Ray Leonard. Whitaker fue señalado por muchos como el mejor zurdo de la historia. Henry Armstrong, un realizador de proezas, tales como el haber defendido su corona tres veces en un mes, misma que puso en juego en 20 ocasiones.


De la Hoya y Pacquiao, icónicos en este espectáculo, han sido dueños de seis coronas mundiales en distintas divisiones.


Basilio, un peleador temerario que difícilmente será igualado en el coraje, y la determinación de triunfo que cada una de sus actuaciones.


La dinamita de Thomas Hearns, difícilmente igualada, y la técnica y espectacularidad de Mantequilla Nápoles, de quienes muchos dicen haber aprendido cada vez que peleaba. Todos ellos, más algunos que escapan a nuestra memoria, han formado, como ya lo comentamos, parte de la élite del boxeo.


Lo anterior, aunado al espectáculo que tendrán los contrincantes de anoche, sobre el ring del Staples Center; esperemos que haya sido con la calidad como corresponde de lo que se espera de estos campeones.


GRAN PÉRDIDA: JOSÉ JOSÉ 

México perdió a un gran cantante, y con él se va una época de romanticismo. Que descanse en paz, y los miembros del Consejo Mundial de Boxeo envían sus más sentidas condolencias a su familia, y que haya pronta resignación.

¿SABÍAS QUÉ…? 

Ross y Armstrong se enfrentaron en dos ocasiones, repartiéndose un triunfo, por la vía de los puntos, en 15 rounds.

ANÉCDOTA DE HOY 

Don José era una persona muy humana, así como tenía palabras de aliento para sus boxeadores, también hasta cariñosas para sus perros. Él se angustiaba cuando estaban enfermos, y mandaba de inmediato a comprar los medicamentos, y si era necesario, eran llevados al médico veterinario.

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