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Foto del escritorredcomarcamx

No hay gobierno

No hay gobierno. Lo que hay es un adulto mayor con la deficiencia mental que produce el desgaste de las neuronas y el rencor acumulado por décadas. No hay gobierno, lo que hay es el sueño interrumpido de un cambio al que apostaron millones de mexicanos que querían probar la última alternativa, la que no conocían, la que lamenta una fracción y otra niega lamentarlo, pues, "me equivoqué", no forma parte de su juicio voluntario; les pegaron mucho en el pasado, no quieren a aceptar que los están golpeando como nunca.

No hay gobierno, lo que hay, es una mala obra que se escribe a partir de las circunstancias, con una pluma lenta y razonamientos que fluyen con la misma velocidad de un caudal de barro.

Hay señalamientos al pasado, los mismos que ya sabíamos, las quejas que tuvimos, por las que buscamos siempre un rumbo distinto; al frente está otro más, hablando como eso, como uno más, como si no tuviera poder para cambiar la dolorosa realidad que aseguró que transformaría tan pronto pusiera un pie en el sitio que hoy ocupa, desde donde escupe su rencor inagotable para poner frente a todas sus carencias, las culpas de los que ya no están.

No hay gobierno y no habrá salvador, ni líder o mesías. Sí hay un séquito de personas embriagadas de poder que no ven y no escuchan, porque sienten una gran necesidad de hablar, de ser protagonistas de un cuento que solamente ellos comprenden, de una realidad que decidieron tejer en sus cabezas a pesar de todos y de todo. Pero también hay empresas, empresarios, innovadores, médicos, trabajadores, líderes, jóvenes con sueños, adultos con experiencia en el éxito y el fracaso. México es otra cosa; México no es este gobierno del presidente de andar amorfo y diálogo desarticulado, que mantiene en su mente la idea de una rifa como prioridad, mientras miles de mexicanos están condenados a morir. México es más que este remedo de gabinete, encabezado por un hombre que asegura que la pandemia le vino como anillo al dedo y que usa más de la mitad de su discurso diario para pelear conta "molinos de viento", mientras el país se desmorona por la falta de empleos, por la peor de sus crisis económicas, por la supremacía del narco y por un aterrador panorama en el sector salud, que lo va a evidenciar como lo que es, un incompetente que juega a disimular.

México no es su gobierno, es hora de apagarlo. Organizarnos sin ellos, vivir al margen y combatir cada mentira que sale de sus bocas, será la mejor manera de superar la peor etapa que como mexicanos nos ha tocado enfrentar.

#QuedateEnTuCasa pero cuando llegue la hora de salir, que no se nos olvide nada de lo que está sucediendo. Que recordemos las caras de los médicos pidiendo compasión, las cifras maquilladas y la falta de sensibilidad de este imbécil que siente que está protagonizando una película de Luis Buñuel.



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