Por: Aquiles Castañeda Böhmer
Sí, hay alternativas, pero ninguna es segura ¿Qué pasará con el deporte de prolongarse esta situación pandémica por más meses? Se irá reconfigurando, igual que debe hacerlo toda la sociedad; las escuelas, las fábricas, los negocios y la vida. Explicaron las autoridades de salud que esta etapa será la más crítica para el país, que los contagios se reducirán a partir del 8 de mayo, tal vez para entonces México cuente (oficialmente) más de 3 mil fallecidos a causa de COVID-19, pero aun suponiendo que la curva de contagios “se aplane”, los seres humanos no estaremos más seguros hasta que aparezca una cura, una vacuna, como sucedió en otros momentos de la historia con otros virus que también produjeron cambios sociales.
El 25 de abril, se efectuó un combate de boxeo en Nicaragua, la transmisión fue en vivo por ESPN; en Asia, se realizan combates de Muay Thai en los que se rocía a los peleadores de desinfectante no irritante o tóxico, existen muchas alternativas y ahora, el ser humano tendrá que ser lo suficientemente creativo y organizado para poner todo a prueba.
Lamentablemente, mientras muchos queremos que la vida cambie, para que siga, vivimos en una sociedad en la que un buen número de habitantes sigue sin creer en que el coronavirus es una enfermedad mortal, para muchos o para todos, pues, aunque hay una mayor cantidad de casos mortales en adultos mayores, enfermedades o padecimientos preexistentes, la obesidad y el tabaquismo, también son causas para que el COVID-19 sea mortal, aún si uno no es un anciano; hay casos suficientes en personas asintomáticas menores de cuarenta años que sufrieron derrame cerebral por la coagulación excesiva que la enfermedad produce, por lo que en definitiva, nadie está exento de contagiarse, contagiar a los demás, o de morirse. Tenemos prisa, sí, pero por cada persona que siga pensando: “Eso del coronavirus es una mentira”, decenas, cientos y miles, estaremos expuestos, y la pandemia solo acabará cuando, creamos o no, seamos empáticos con un fin mayor, esa será la diferencia entre la vida y la muerte, después, será la diferencia entre regresar a la calle para hacer una vida normal, pero con mayor precaución. Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, habla de presentar pronto una iniciativa que sirva para que cada engrane que forma parte de la gran maquinaria del boxeo, tenga reglas, una guía que podamos seguir para que, en poco tiempo, cuando la peor etapa de la pandemia haya pasado, el box recobre la movilidad. Anticipo, examen médico para los boxeadores y los miembros cercanos de sus equipos, toma constante de la temperatura corporal durante los veinte días anteriores a la pelea, responsabilidad para mantenerse alejados de personas ajenas a su círculo cercano por un periodo de tiempo determinado, limites adecuados de proximidad en presentaciones públicas previas a los combates, entrevistas en línea a medios, o presenciales bajo condiciones de control estricto y el día del combate, además de verificar la salud plena de los peleadores, la desinfección completa del espacio donde se va a desarrollar el combate, con acceso controlado y todas las medidas de higiene que puedan mantenerse al alcance de atletas, equipos y asistentes.
El tema fundamental de cualquier nueva estrategia, tiene que ver con lo hábiles que seamos para contextualizar cada una de nuestras ideas; en esta etapa más importante que creer o no creer, será que seamos capaces de colaborar. Habrá que ir muy despacio para poder llegar lejos otra vez.