12 de octubre, Día de la Hispanidad

Por: Rafael Delgado Hernández.

Al celebrarse un año más de la conquista española de estas tierras, y que en este día se le denominó como el de la “RAZA”, viene a cuento recordar que en la escuela nos enseñaron que los españoles invadieron nuestro país, que mataron a muchos indios; que abusaron de las indígenas que habitaban esta tierra, que también se robaron mucho oro y piedras preciosas, que engañando a los aborígenes les quitaron sus joyas y se las cambiaron por espejitos, se nos decía también que los Ibéricos esclavizaron a nuestros ancestros y cometieron innumerables injusticias en contra de ellos.

Luego de esas historias de terror y sufrimiento que los libros oficiales nos hacen creer, poco a poco tuve la oportunidad de comprender que, efectivamente fuimos colonizados por un puñado de hombres que dejando atrás Patria y Familia, se embarcaron en una valiente hazaña cuya travesía por el Atlántico, misma que no resultaba sencilla pero alentados por su temple, decisión, voluntad e inteligencia pudieron cruzar ese enorme Océano.

Ahora, me imagino a aquellos hombres que en aquel tiempo tuvieron tal iniciativa, los veo duros de temple, convencidos de su objetivo, afianzados en su meta, inmersos en su fe y en la victoria de su propósito, decididos a mas no poder de llegar a nuevas tierras y de regresar triunfadores a su Patria de origen.

Los detalles de la travesía lo dejo a su particular interés, solo comentaría con ustedes que no ha de haber sido nada fácil vencer tantos y variados obstáculos, entre el más complicado creo que resultaría ser el de convivir y compartir en un pequeño y rustico navío, como lo lograrían no lo sé, pero admiro su firme convicción de poder lograrlo, lo cual después de sus penurias lo consiguieron.

Considero que al haber llegado a esta tierra, les ha de haber provocado una inmensa alegría, pero también creo que una enorme angustia, al no saber en dónde estaban, así como los posibles peligros que enfrentarían, han de haber sido hombres de una férrea decisión y gran valentía, porque no cualquiera emprende tan difícil hazaña que debe ser motivo de odas, leyendas e historias, que se deberían de seguir escribiendo para alentar a otros a luchar por sus objetivos y trabajar por salir de la pasividad que ahora distingue al hombre actual, pues en esta sociedad en la que estamos viviendo, es común y ordinario que hombres y mujeres que deberíamos de estar en pleno desarrollo de nuestras capacidades y potencialidades, nos quedamos inmovibles ante los retos que la vida nos presenta, y en lugar de trabajar por salir adelante e impulsar a otros para vencer nuestras adversidades, estamos totalmente pasivos ante la comodidad de ver la televisión y de estar echados en la cama, cuando deberíamos, según mi opinión, estar de pie y en acción para hacer lo que a cada quien le está mandado hacer, un hombre o una mujer en toda la extensión de la palabra, y así no nos convirtamos en una cosa que por respeto a muchos no lo puedo decir, pero es determinante que aquel que pierde el tiempo en cosas frívolas es un inutil, de ahí, que la historia de la conquista que en esencia se convirtió en el nacimiento de un nuevo País que es nuestro México, y ahora nos corresponda a los buenos ciudadanos engrandecerlo y conservarlo libre, democrático y en paz.

Hasta la próxima. RDH.