Entre acorralados y acusaciones, Guardia Nacional irrumpe en sede de la CATEM en Gómez Palacio
- redcomarcamx

- 8 sept
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En una tarde solemne que rápidamente se tornó en asunto de alto voltaje, la Guardia Nacional, acompañada del Ejército y de autoridades federales, desplegó un operativo en el que cerraron el acceso a la sede de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) en el centro de Gómez Palacio.
Vecinos y transeúntes solo alcanzaban a ver a decenas de uniformados custodiando el edificio que se ha convertido en el centro de la atención de forma reciente; nadie, podía entrar o salir. Por algunos minutos, el lugar pareció un cuartel más que un recinto sindical.
Este despliegue sucede justo después de semanas de protestas y denuncias. Empresarios, transportistas, agricultores, ganaderos y comerciantes de la región de La Laguna habían alzado la voz de manera contundente: acusan a la CATEM de imponer cuotas disfrazadas de “apoyos sindicales”, pero que en realidad operan como extorsiones sistemáticas, con la amenaza latente de represalias o violencia para quienes se niegan a pagar.
Las versiones van desde cobros por tonelada de mercancía transportada, por hectárea de cultivo, por transporte de ganado, hasta supuestos pagos por comercializar pollinaza o forraje. Todo ello en un escenario donde quienes no se someten enfrentan agresiones y bloqueos. Incluso, hay acusaciones de que los operadores del sindicato actúan en contubernio con grupos criminales.
Frente a este impacto social, los sectores productivos de la región llevaron sus demandas hasta bloqueos carreteros y conferencias de prensa. Sin embargo, hasta antes del operativo, esas denuncias no habían derivado en movimientos visibles de investigación.
Por su parte, la CATEM respondió emitiendo comunicados en los que aseguran que estas acusaciones provienen de campañas de desprestigio y carecen de fundamento. Aun así, dentro del cateo, las autoridades aseguraron documentos relevantes, sin que se haya aclarado su naturaleza o destino final.
Después del operativo, el secretario general de la organización sindical en Durango arribó y señaló que la diligencia se realizó sin incidentes —una versión que contrasta con la imagen dura de puertas destrozadas y calles bloqueadas.
¿Qué significa todo esto?
Una operación federal visible. El despliegue de fuerzas federales marca un claro giro en la respuesta gubernamental frente a las denuncias ciudadanas. Ya no es solo protesta: es investigación con presencia palpable.
Economía bajo presión. Productores, transportistas, comerciantes y familias dicen estar siendo ahogados por un sistema de cuotas que aparentan ser sindicales, pero que en realidad operan como extorsivas.
Silencio local, ruido regional. A pesar de las denuncias públicas, hasta hace poco las autoridades estatales no parecían responder con acciones concretas. Ahora, el operativo federal se convierte en un punto de inflexión, con un claro mensaje de que no todo se soluciona con un comunicado.
La CATEM en el centro de atención. Tanto por sus maneras de operación como por su vínculo con figuras políticas reconocidas, la organización pasa de ser un actor sindical convencional a un objeto de impacto público y judicial.
El pulso del futuro inmediato
¿Logrará este operativo revertir años de impunidad? ¿Se traducirá en una investigación profunda con consecuencias reales para quienes operen extorsiones estructurales? Y, sobre todo, ¿qué tanto se infiltraron o coexistieron intereses criminales dentro de una organización sindical que presenta bases legales legítimas?
Lo que está claro: el escenario cambió. Ya no se trata solo de acusaciones y manifestaciones, sino de presencia estatal frente a una problemática ya documentada y masiva. La pregunta pendiente: ¿todo se quedará en un cateo simbólico o marcará el inicio de una transformación real en la justicia y la seguridad de la región?
Voces desde La Laguna
El agricultor"Yo no quería hablar, porque aquí sabemos lo que pasa cuando te quejas. Pero ya era demasiado. Sembré alfalfa toda mi vida, y ahora resulta que tengo que pagar por cada hectárea… como si no bastara con el agua y los insumos que ya nos ahorcan. Si no pagas, te mandan gente a pararte el trabajo. Y la verdad, uno ya no sabe si es sindicato o es mafia disfrazada."
El transportista"Yo manejo tráiler desde hace veinte años. Antes uno lidiaba con el tráfico y los retenes, pero ahora tienes que lidiar con los cobros de estos señores. Te paran en plena carretera, te dicen que sin cuota no circulas. ¿Y quién te protege? Nadie. La Guardia Nacional, hasta apenas ahora, se dejó ver. Pero todo este tiempo estuvimos solos."
La empresaria"Puse mi negocio con esfuerzo, con créditos, con familia ayudando. Pero me empezaron a exigir cuotas por ‘protección’. ¿Protección de qué? Si lo que hacen es intimidarte. El colmo es que te dicen que si no pagas, no te garantizan que no te vayan a boicotear la operación. ¿Cómo llamas a eso? Extorsión. Y la hacían pasar como trámite sindical."
El vecino"Yo vivo a dos cuadras de la sede que catearon. Cuando vi a la Guardia Nacional llegar, pensé que era un operativo contra narcos, no contra un sindicato. Imagínese la impresión. Se cerraron calles, llegaron camionetas, todo parecía un escenario de película. Pero le digo una cosa: la gente en el barrio aplaudió. Ya había cansancio de tanto rumor y de tantas quejas."
La entrada de la Guardia Nacional a la sede de la CATEM en Gómez Palacio no solo es un movimiento legal o político: es el reflejo de años de silencios, miedos y abusos. Las voces de agricultores, transportistas, empresarios y vecinos muestran lo que los comunicados oficiales nunca dicen: que detrás de cada denuncia hay vidas golpeadas por la incertidumbre, la presión y el miedo.
El operativo se llevó documentos, pero también dejó algo más valioso: la sensación, aunque sea momentánea, de que alguien escuchó lo que durante mucho tiempo fue un grito ahogado, pero ante la sospecha de que se trata más de una incursión de forma y no de fondo, los empresarios regionales saben que aún quedan muchos episodios por escribir. Si las extorsiones bajan, es un indicador incriminante a los líderes de la CATEM, pues eso reflejaría que en efecto, son los causantes de estas extorsiones de las que los empresarios están cansados; si las extorsiones siguen, habrá que enfocar la atención en quienes las originan y después seguir el rastro hasta donde tenga que llegar. Incluso la CATEM podría presentar una denuncia contra quienes, de comprobarse que los reclamos son infundados, resulten responsables del daño moral que el sindicato tenga por estos señalamientos infundados.









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