María del Pilar Rioja del Olmo nació en Torreón, Coahuila, México, el 13 de septiembre de 1932. Hija de españoles, y siendo la mayor de cuatro hermanos, Pilar realiza sus estudios fundamentales (danza, primaria y secundaria) en Torreón. Baila en Torreón con su hermana Milagros, que con apenas seis años de edad ganó un premio por bailar la jota acompañada por su padre.
“Mi padre era agricultor y mi madre ama de casa. A él le encantaba torear, le llamaban Belmonte porque era un gran admirador del torero Belmonte. Le gustaba mucho bailar y cantaba muy bien las jotas. Mi madre bailaba las jotas muy finamente y mi padre las hacía con más fuerza. Ambos me enseñaron a bailar las jotas, por eso yo mezclo los dos estilos al bailarlas, es en honor de mis padres que me apoyaron mucho en mis estudios de danza y en mis presentaciones. Mis padres me dieron cariño y libertad, les gustaba mucho que yo bailara.
Empecé a bailar en Torreón, en las romerías. Bailaba con los paisanos de mi padre. Bailaba muy bien la jota vasca, la castellana y la aragonesa. También veía las películas y tomaba pasos de ahí. Yo solita me ponía mis bailes, desde muy pequeña me gusta bailar. Me montaba mis propias coreografías, siempre me ha gustado eso de ejecutar lo que yo he inventado antes, ya sea en juegos, en sueños, o en la seriedad y la soledad de mí misma”.
En 1950 se traslada a la Ciudad de México donde inicia su aprendizaje con el Maestro Óscar Tarriba, quien le aconseja que se dedique profesionalmente a la danza. Entre 1950 y 1953, Pilar viaja a España y perfecciona sus modalidades flamencas con Juan Sánchez El Estampío. Penetra en los secretos de la Escuela Bolera con Ángel Pericet e incursiona en la Escuela Folklorica mediante las enseñanzas de Elvira Real (1951 – 1953), primera bailarina del ballet de Pilar López.
Para 1960, Pilar afina sus capacidades con José Domingo Samperio, y se adentra en los variados tipos de música barroca española e italiana, que le sirvieron para crear el espectáculo llamado “Retablo del Mirlo Blanco – El Arte del Danzado a la Española con Castañuelas en Concierto”, asimismo sus coreografías parten a base de la Escuela Bolera del siglo XVIII.
En 1968 estudia flamenco con Regla Ortega y folclore con Juanjo Linares en Madrid España, y ese mismo año, Pilar contrae matrimonio con el poeta español Luis Rius, continúa realizando sus presentaciones en el teatro de la Zarzuela en Madrid con el espectáculo creado por Pilar Rioja y el maestro Samperio incluyendo danzas flamencas y folclore estilizado español.
A partir de 1970, en México descubre al Maestro Manolo Vargas, a quien siempre admiró como bailarín, compartiendo experiencias de vida y artísticas, volviéndose su gran amigo y consejero hasta su muerte en 2011. En 1984 fallece el poeta Luis Rius. Pilar continúa su vida profesional, concentrándose en su arte, en su pasión, inspirada en la danza clásica española, que sigue llevando a muchos lugares más del mundo.
La enorme, profunda y larga trayectoria de Pilar Rioja abarca desde 1938 hasta la fecha, presentándose con éxito, y siendo galardonada con diferentes reconocimientos, a lo largo de todo el interior de la República Mexicana, así como de países de diversos continentes, tales como España, Viena, Bulgaria, Estados Unidos, Canadá, las distintas repúblicas de la ex Unión Soviética, Argentina, Costa Rica, Cuba, Nicaragua, Guatemala, Colombia, sólo por citar unos cuantos. Pilar ha sido musa de escultores como David Natvitsky, José Luis Padilla, Joaquín Arias, Arnold Taylor y Silverio Cruz, pintores como Héctor Javier, Antonio Peyri, Inocencio Burgos, Guillermo Ceniceros, Pedro Alvarado, Hela, Rivero Gil, Riga, Ariadna Sokolova, Antonio Suárez, Alfredo Alonso, M. Enriquez, y Sasha Dorofeeve, así como de grandes poetas como Luis Rius, Juan Duch, Pita Amor, el Padre Martínez, León Felipe, Julio Alejandro y Alfonso Simone. Su increíble trayectoria no sólo abarca presentaciones, sino que además incluye la impartición de una serie de cursos a bailarines y escuelas, conferencias, así como la creación de magníficas coreografías, entre las que destacan “El Retablo del Mirlo Blanco”, “Mística y Erótica del Barroco”, entre otras.
“Lo que más te enseña es la vida, la vida misma. Hay una sabiduría que te dan la madurez y los años. Las vivencias que vas pasando, ya sea tristes, alegres o románticas, son expresadas a través de la danza desnudando tu alma ante el público.”