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La Cueva del tabaco

Este sitio está s menos de una hora de Torreón, por la carr6livre a Saltillo.La cueva del tabaco se localiza en el ejido el Gatuño, en la ciudad de Matamoros, Coahuila. Se llama así por que en sus alrededores había un tipo de tabaco silvestre.



En este cueva fue donde Benito Juárez resguardo el archivo historia de la nación en la invasión de los franceses. El 27 de Agosto de 1843, Benito Juárez llega al municipio de Parras, donde conoce a los hermanos campesinos Vicente y Timoteo Ramírez quienes al volverse amigos de don Benito Juárez los deja encargados del archivo general de la nación. Ellos fueron que creyeron prudente guardar los archivos en territorio lagunero y es ahí donde se topan con la cueva del tabaco y ocultaron estos archivos. Dirección: Tramo oriente carrtera Matamoros - Saltillo (a 15 Km. de Matamoros).


Historia En 1864, algunos señalados laguneros protagonizaron la gesta relativa a la custodia del Archivo General de la Nación en la Cueva del Tabaco por encargo del presidente Benito Juárez. El presidente les encomendó la guarda de once carretas cargadas con una selección de valiosos documentos que eran de la mayor importancia para el Partido Liberal y para la causa de Juárez, entonces en lucha contra el imperio de Maximiliano.



Estos laguneros cumplieron el encargo fielmente, aún con riesgo de torturas y muertes a manos de los franceses. Entre los nombres de estos bravos laguneros se encuentra, en primerísimo lugar, el de don Juan de la Cruz Borrego, el cabecilla de todos ellos.


Los otros valientes fueron Julián Argumedo, Ángel, Vicente, Cecilio y Andrés Ramírez, Diego de los Santos, Epifanio e Ignacio Reyes, Mateo Guillén, Francisco, Julián y Guillermo Caro, Telésforo y Gerónimo Reyes, Marino Ortiz, Guadalupe Sarmiento, Pablo y Manuel Arreguín y Gerónimo Salazar. 16 años antes de los hechos de 1864, o sea, en 1848, Juan José de la Cruz Borrego, entonces de 30 años, vivía tranquilamente en “El Gatuño”, una diminuta comunidad de apenas 31 casas. Este lugar se llama actualmente “Congregaciión Hidalgo” y se encuentra en el municipio de Matamoros, Coahuila.


Con su esposa, Benita Rodríguez, de 25 años, Juan José había procreado dos hijos Agustín (bautizado en Viesca el 7 de septiembre de 1844) y Gabriel, ambos de apellido Borrego Rodríguez. Juan José y Benita constituían un matrimonio joven, pues se habían casado en 1843, el 25 de noviembre, en la parroquia de Viesca, Coahuila.


Entre 1843 y el 30 de enero de 1848, habían engendrado a sus dos hijos varones. Pero después de esta fecha tuvieron otros, que fueron José Felipe y María Rosa, mellizos, (bautizados el 11 de marzo de 1848). El acta de matrimonio de Juan José y Benita, se transcribe a continuación: “



En esta santa iglesia parroquial del Álamo de Parras, a los veinte y cinco días del mes de noviembre del año del Señor de mil ochocientos cuarenta y tres años, habiendo precedido las tres canónicas moniciones en tres días festivos inter misarum solemnia, que fueron el treinta de octubre, primero y seis de noviembre, yo el presbítero D. Anacleto Lozano, teniente cura, casé y velé in facie eclesie por palabras de presente, preguntándoles su mutuo consentimiento, a Juan José Borrego, de veinte y cinco años, soltero, originario del punto de Santo Domingo de la Punta de esta jurisdicción, hijo adoptivo de D. Francisco Borrego y de Da. Inés de la Peña, con Da. Ma. Benita Rodríguez, de veinte años de edad, originaria y residente de los Hornos, hija legítima de José Antonio Pío Rodríguez y de Da. María Eulogia Salazar. Testigos: D. Onofre Hernández y Guadalupe Muñoz, para constancia lo firmo. [Rúbrica]”. Viesca. Libro Cuarto de Matrimonios 1828-1844. Copia en el centro de Investigaciones Históricas en la UIA-Torreón.


Por ser Juan José de la Cruz Borrego hijo adoptivo, este cronista no pudo rastrear su genealogía ascendente. Sin embargo, mencionaremos la de Benita Rodríguez Salazar, su esposa. Sus padres casaron el 29 de julio de 1821, en la iglesia del Álamo.


Pío Quinto Rodríguez, de 25 años de edad, hijo de Francisco Rodríguez y de María Catarina Cifuentes, casó con María Eulogia Salazar, hija de José María Salazar y de María Jacinta Estrada, ya difuntos. Otro de los hombres que participaron en la custodia del Archivo General de la nación fue Guadalupe Sarmiento Espino (o Espinoza). El era originario de Mapimí, donde nació en 1822.


Se casó con María Inocencia Salazar, originaria de la Hacienda de Los Hornos (jurisdicción de Viesca) el 10 de febrero de 1844. Cuando se levantó el padrón de la jurisdicción de Viesca (1848), Guadalupe Sarmiento y María Inocencia moraban en su casa del Rancho de Matamoros (Coahuila). Con ellos vivía Matiana Sarmiento, su hija de 1 año de edad. Don Guadalupe era hijo José María Sarmiento y de María Eugenia Espino, casados en la parroquia de Santiago de Mapimí el 15 de febrero de 1820, y nieto paterno de Martín Sarmiento y de Úrsula Vargas, y de Félix Espino y Bernarda Silva, por la línea materna.



El padre de María Inocencia Salazar, esposa de Guadalupe, fué Ignacio Salazar, quien nació en el Real de Cuencamé en 1795. Siendo residente del lugar, casó en Viesca el 30 de enero de 1820 con María Paulina Montoya, nacida en 1797.


Inocencia era nieta por línea paterna, de José María Salazar y de María Jacinta Estrada, y nieta por línea materna, de Máximo Montoya y de María Clara de los Reyes. Los suegros de Guadalupe Sarmiento, Ignacio Salazar y Paulina Montoya eran vecinos del “Gatuño” (Congregación Hidalgo, en Matamoros, Coahuila) en 1848. Con ellos vivían sus hijos Gerónimo Salazar, de 15 años; Roberto Salazar, de 14 años; Longinos Salazar, de 11 años; María Catarina Salazar, de 9 años y Bonifacio Salazar, de 7 años. Todos ellos eran cuñados de Guadalupe Sarmiento.


De entre éstos, Gerónimo Salazar Montoya, cuñado de Juan de la Cruz Borrego, sería oto de aquéllos hombres que 16 años más tarde, se convertirían en custodios del Archivo General de la Nación en la Cueva o Gruta del Tabaco.



El 7 de enero de 1856, Gerónimo contrajo nupcias con María Benedicta Salazar en la parroquia de Santiago Apóstol, de Viesca. La novia era originaria del Saucillo, e hija de Enrique Salazar y de María Guillerma Baltara. El acta de matrimonio de los suegros de Guadalupe Sarmiento, se transcribe a continuación: “En el año del Señor, a treinta de enero de mil ochocientos veinte, habiendo precedido las tras canónicas moniciones en tres días de fiesta inter misarum solemnia que lo fueron la 1ª de 9 de dicho [mes] día domingo, la 2ª en día 16, domingo, y la 3ª en el día 23 del mismo, día domingo, en tanto se decía la misa mayor en esta santa iglesia del Álamo, ayuda de la de parroquial de Parras, yo el cura teniente Don. Mariano de Riaño , desposé solemnemente por palabras de presente a José Ignacio Salazar, indio de edad de veinte y cinco años, originario del Real de Cuencamé, y residente en la Hacienda de los Hornos desde su tierna edad, hijo legítimo de José Ma. Salazar y de Ma. Jacinta Estrada, ya difunta, con María Paulina Montoya, india originaria de este pueblo, de edad de veinte y tres años, hija legítima de Máximo Montoya, ya difunto, y de Ma. Clara de los Reyes, siendo testigos Adauto Adriano, José Tomás Chacón y José Gordiano Favela. Fueron sus padrinos Andrés Adame y María Simona Lerma. [Rúbrica]”. Parroquia de Viesca, Libro Tercero de Matrimonios (1788-1827) Tomo II. Copia en el Centro de Investigaciones Históricas de la UIA-Torreón.


La serie de artículos denominada “Guardianes del Archivo General de la Nación” (AGN), tiene como propósito honrar la memoria de aquellos laguneros que, durante la intervención francesa en México, estuvieron dispuestos a ofrendar sus vidas para mantener secreto el paradero de los libros, legajos y expedientes que el errante presidente Juárez les encomendó en custodia.


Con motivo de las celebraciones del Bicentenario, nos interesa traer a la luz los nombres y antecedentes familiares de aquellos laguneros. Este artículo está dedicado a Mateo Guillén, uno de los guardianes de los papeles del Archivo General de la Nación en 1864.


Mateo Guillén Espino nació hacia 1824 en la jurisdicción de Mapimí, Durango, y para 1848 era vecino del Racho de Matamoros, Coahuila. Sus padres se casaron en Mapimí el 2 de febrero de 1820, y lo fueron José Vicente Guillén y María Josefa Espino.


Los abuelos de Mateo fueron José Guillén y Eufrasia Reyes, y los maternos, Félix Espino y María Bernarda Silva. Mateo Guillén se casó en Viesca, Coahuila, el 26 de febrero de 1854, con Marta Severiana Guerrero, hija de Félix Guerrero y de María Regina Chacón. De este matrimonio nació María Genoveva Guillén Guerrero, bautizada el 1 de marzo de 1856 en Viesca.

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