La nueva miniserie de Netflix, El Espía (The Spy), también está increíblemente anclada por una actuación dramáticLa nueva miniserie de Netflix, The Spy, también está increíblemente anclada por una actuación dramática asombrosa de Sacha Baron Cohen (Borat, Da Ali G Show).
Si bien los aspectos de la "historia real" de la premisa le otorgan a The Spy una cantidad adecuada de peso, y trabajan para disculpar a un puñado de elementos sobreutilizados (obtienes un pase cuando es la historia real lo que realmente ayudó a crear los clichés en los que hoy hablamos) ), el sorteo aquí es Cohen y su intensa y desesperada actuación como el famoso espía del Mossad Eli Cohen, cuya operación de cobertura profunda en Siria en la década de 1960 funcionó mejor de lo que nadie esperaba, lo que a su vez solo alimentó su propio destino trágico.
Dirigido por Gideon Raff, quien creó Prisoners of War (que fue adaptado para Showtime como Homeland), The Spy se apoya en la ferviente necesidad de Eli de demostrar que es "digno". Es una directiva emocional que le permite a él, un hombre leal y amable, mentirle a su esposa durante años mientras viaja al extranjero por lo que ella cree que es un trabajo comprando muebles y bienes para el departamento de estado.a asombrosa de Sacha Baron Cohen (Borat, Da Ali G Show).
Si bien los aspectos de la "historia real" de la premisa le otorgan a The Spy una cantidad adecuada de peso, y trabajan para disculpar a un puñado de elementos sobreutilizados (obtienes un pase cuando es la historia real lo que realmente ayudó a crear los clichés en los que hoy hablamos) ), el sorteo aquí es Cohen y su intensa y desesperada actuación como el famoso espía del Mossad Eli Cohen, cuya operación de cobertura profunda en Siria en la década de 1960 funcionó mejor de lo que nadie esperaba, lo que a su vez solo alimentó su propio destino trágico.
Dirigido por Gideon Raff, quien creó Prisoners of War (que fue adaptado para Showtime como Homeland), The Spy se apoya en la ferviente necesidad de Eli de demostrar que es "digno". Es una directiva emocional que le permite a él, un hombre leal y amable, mentirle a su esposa durante años mientras viaja al extranjero por lo que ella cree que es un trabajo comprando muebles y bienes para el departamento de estado.
En verdad, Eli está viviendo una vida separada como Kamel Amin Thaabet, un rico hombre de negocios cuyo encanto le permite no solo ascender en las filas del poder en el gobierno sirio, sino que también desarma a todos los que lo rodean, hasta el punto de que le otorgan asombro. acceso a información clasificada. El deseo de Eli de regresar con su familia, la misión cumplida, lo impulsa a acelerar su engaño de manera que maten a la mayoría de los agentes encubiertos. Desafortunadamente para él, sus tácticas arriesgadas realmente funcionan y se convierte en un activo tan valioso que se vuelve demasiado indispensable para ser enviado a casa.
Como se mencionó, el desempeño de Cohen es la Estrella del Norte aquí. Gracias a él, y a esta valiente maniobra en el drama, soportamos muchas llamadas cerradas típicas de espionaje: las que se sienten como si hubieran sido agregadas para aumentar la tensión de la televisión cuando, sinceramente, los verdaderos huesos de la historia son suficientemente bueno.
De hecho, algunos de los mejores momentos en The Spy llegan cuando Eli no logra encantar a alguien tanto como él necesita. Luego tiene que estrujarse el cerebro para descubrir cómo cambiar rápidamente la relación. Es el elemento más relatable y ansioso en juego aquí, ya que todos hemos tenido que navegar a través de situaciones sociales verdaderamente tensas: es solo que en el caso de Eli, el destino de su tierra natal y su capacidad de algún día regresar a sus seres queridos es en juego.
Los estadounidenses Noah Emmerich y Hadar Ratzon-Rotem hacen el trabajo pesado secundario sólido aquí, como el manejador de Eli, Dan, y su esposa, Nadia, respectivamente. Ambos hacen lo mejor con sus roles de regreso a casa, preocupándose por Eli por razones muy diferentes. Dan, de Emmerich, va de un lado a otro entre su culpa por perder a un agente pasado y los sentimientos inapropiados que podría estar desarrollando por Nadia, mientras que ella, desafortunadamente, cría a sus hijos solos, en una era en la que la gente podía alejarse y permanecer incontrolable e inexplicable.
Veredicto
Con solo seis episodios, The Spy vale la pena verlo gracias a la transición sin esfuerzo de Sacha Baron Cohen de la comedia al drama, y la historia en sí, que representa una porción seminal de la historia del spycraft. No hay demasiados ritmos de la historia que te sorprenderán o giros que te sorprenderán, pero Cohen definitivamente crea un personaje para preocuparse.