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¿Son reales los números de China sobre estar ganando la lucha contra el coronavirus? La CIA lo duda

A medida que los países occidentales luchan con la rápida propagación del coronavirus, algunos líderes han cuestionado la transparencia de China sobre la gravedad de la enfermedad. El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, dijo que si China hubiera sido más honesta, EE.UU. habría estado mejor preparado para enfrentar la crisis. Aunque China insiste en que ha sido totalmente transparente, la cifra oficial de muertos no parece coincidir con los testimonios e historias de sus ciudadanos.



Desde al menos principios de febrero que la CIA le viene advirtiendo a la Casa Blanca que China ha subestimado enormemente sus infecciones de coronavirus, y que no se podía confiar en su datos.

Estados Unidos, mientras tanto, está compilando modelos predictivos para combatir el virus, según testimonios oficiales de inteligencia, tanto actuales como otros que ya no están en el servicio.

Los informes de inteligencia de las últimas semanas, basados al menos en parte en información que la CIA obtuvo de sus fuentes en China, jugaron un papel importante en la negociación de este jueves, donde se esperaba que Donald Trump intentara bajar la tensión con el presidente chino Xi Jinping. Desde entonces, ambos países han vuelto a criticarse mutuamente.

Tener un recuento más exacto de la tasa de infección de China, así como también de la cantidad de muertos por el virus, tiene implicaciones para la salud pública mundial en un momento de grave incertidumbre sobre el virus, su velocidad de transmisión y otras cuestiones fundamentales.

Según las agencias de inteligencia y los funcionarios de la Casa Blanca, tener esos datos es fundamental para poder comprender mejor cómo el COVID-19 afectará a los Estados Unidos en los próximos meses, como así también para entender si medidas como la distancia social funcionan.

Hasta ahora, para frustración tanto de la Casa Blanca como de la comunidad de inteligencia, los esfuerzos por obtener números más precisos han sido infructuosos.

Los organismos de inteligencia de Estados Unidos han llegado a la conclusión de que el propio gobierno chino no conoce el alcance del virus, y está tan ciego como el resto del mundo.

Los funcionarios de nivel medio de la ciudad de Wuhan, donde se originó el virus, y de otros lugares de China han estado mintiendo acerca de las tasas de infección, las pruebas y los recuentos de muertes, temerosos de que si informan de cifras demasiado elevadas serán castigados, perderán su cargo, o peor aún, dijeron actuales y antiguos funcionarios de inteligencia.

Los problemas burocráticos en la transmisión de información es un problema crónico para cualquier gobierno, pero en China la cuestión ha ido empeorando a medida que sus líderes han ido dando un giro más autoritario en los últimos años bajo Xi.

En ninguna parte hay un escenario completo del virus, debido a factores que van más allá de la supresión de los gobiernos, incluyendo la escasez de pruebas, los diferentes estándares de medición y las infecciones asintomáticas, que podrían representar hasta 1 de cada 4 casos de coronavirus.

Irán ha ocultado su lucha contra la pandemia. El recuento de muertes en Italia de más de 13.000, la mayor cantidad en el mundo, no incluye a las personas que murieron fuera de los hospitales. Las pruebas en los Estados Unidos van a la zaga de otros países.

Pero, al menos desde enero, la Casa Blanca observa con escepticismo los recuentos chinos en particular. Le ha pedido a la CIA y a otras agencias de inteligencia que den prioridad a la recopilación de información sobre China.

Bloomberg News fue el primero en informar que la CIA sospechaba que China estaba dando a conocer menos casos positivos y muertes que los que realmente tiene.

Los funcionarios le restaron importancia a una revelación sobre un informe de inteligencia enviado la semana pasada a la Casa Blanca, el cual afirmaba que la CIA viene diciéndole desde hace varias semanas a la Casa Blanca que no confíe en las cifras que Beijing está entregando a la Organización Mundial de la Salud.

La información que EE.UU. tenía respecto al conteo irregular de casos es anterior a la reciente información que dieron medios de comunicación chinos respecto al hecho de que el número de muertes en Wuhan podría ser de 5000 o más, el doble de la cifra oficial. Los oficiales de inteligencia no han verificado los informes de los medios de comunicación, y los han dejado fuera de sus informes, según fuentes con conocimiento del tema.

Los funcionarios estadounidenses advirtieron que, incluso según sus propias fuentes, muchas de las advertencias de las agencias de inteligencia a la Casa Blanca desde el comienzo del brote han sido relativamente similares a los informes de los periodistas, que han estado informando agresivamente sobre el brote de coronavirus en China y los esfuerzos del gobierno chino para suprimir la información sobre su propagación.

Para China, sus drásticas medidas de contención --incluido la cuarentena de casi 60 millones de personas-- fueron la causa por la cual hubo una caída en la cantidad de nuevos casos notificados en las últimas semanas. Sin embargo, muchas personas ajenas al gobierno han manifestado su preocupación por el hecho de que las cifras sean incompletas.

Por ejemplo, China no ha dado a conocer qué cantidad de casos asintomáticos tiene. Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, hasta un 25% de las personas que contraen el virus pueden no tener ningún síntoma.

Cuando en una conferencia de prensa el pasado miércoles se le preguntó sobre las cifras de China al asesor de seguridad nacional Robert C. O'Brien, dijo que Estados Unidos "no estaba en condiciones" de confirmarlas. Sin reconocer ningún informe de inteligencia clasificado, señaló que los informes públicos habían echado un manto de dudas sobre las cifras.

"No hay forma de confirmar esos datos", dijo O'Brien. "Hay muchos informes públicos que reportan que los números son demasiado bajos".

Con información de New York Times



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