Pensé que después de correr un maratón, iba a descansar, iba a dejar de entrenar y me dedicaría a trotar para mantenerme sana y feliz, y listo.
¿Volver a entrenar?, ¿volver a la exigencia? ¿para qué?. No, por ahora era suficiente, fueron meses extenuantes y merecía descanso.
Pero apareció Soy Corredora con una oportunidad de oro, una carrera de relevos para mujeres, 90 kilómetros en equipo de 4 que sale del Centro Ceremonial Otomi a Valle de Bravo.
Al principio pensé “ni loca” solo eso me faltaba, volvía al “merezco descansar”.
Pero las cosas suceden porque tienen que suceder y he aprendido a fluir, a decir que sí aunque quiera decir que no, en realidad muchas veces me niego por miedo, con el cual estoy aprendiendo a convivir.
¿Me daba miedo correr un maratón? Sí, claro que sí. Como me daba miedo casarme, me daba miedo ser mamá, me daba miedo divorciarme, y un sinfín de situaciones a las que me he tenido que enfrentar.
El miedo no se me ha quitado, solo que ahora somos cuates, anda siempre conmigo pero trato de no hacerle mucho caso.
¿Me da miedo correr un relevo de 90 km? Sí, claro que sí, porque tiene el factor “equipo” así que no puedo fallar, no puedo dejar de entrenar “porque pues somos equipo”, no puedo rendirme “porque pues somos equipo”, no puedo vender mi inscripción porque me dio diarrea “porque pues somos equipo”, lo cual lo hace INCREÍBLE.
Somos cuatro amigas que nos vamos a enfrentar al reto de hacer estrategia y correr juntas, de aceptar nuestras fortalezas y debilidades para hacer la mejor carrera que podamos, sabemos que somos “todas para una y una para todas” y no veo una mejor manera de terminar un año lleno de retos y crecimiento.
Vamos juntas, vamos a correr ese #SoyCorredoraRelay lo mejor que podamos, sabiendo que la experiencia es la que lo hace valioso.
Gracias por una oportunidad más de demostrarme que, con todo y miedo, he aprendido a decir que sí cuando antes hubiera querido decir que no.
