Por: Gloria Brito Nájera
Por más que el gobierno federal (se encomiende a Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, que decía “hay que repetir y repetir una mentira hasta que se crea que es verdad”) y le apuesta a seguir adormeciendo a los mexicanos, presentándose todos los días con conferencias de prensa, haciendo declaraciones diarias, ahora tanto en la mañana como en la tarde, repitiendo mil veces sus “otros datos”. Según una encuesta reciente, al Gobierno de la 4T sólo le cree el 31%, es decir, siete de cada diez mexicanos ya no le creen, por lo menos en relación a la información sobre el COVID-19. Después de que el mandatario anunció que ya habíamos “domado la pandemia”, las muertes se incrementaron 294%, resultó una cortina de humo. El “ya aplanamos la cuerva” de López Gatell, otra cortina de humo. Estamos en el clímax de la pandemia, el día de hoy se dio el incremento más alto de casos desde que empezó, y, falta ver el efecto del 10 de mayo, día en que mucha gente rompió el confinamiento.
Somos el país en donde se hacen menos pruebas, según la OCDE, 0.4 por cada mil habitantes ¿no hay dinero para pruebas? (ahora que se necesitan recursos para la salud, ya se gastó el 90% del Fondo de Estabilización, se le apostó invertir en PEMEX, que el año pasado perdió casi 350 mil millones de pesos, más que a la salud de los mexicanos). Además, López Gatell sigue ocultando miles de contagios y muertes por la pandemia, el número real sigue siendo un misterio. Matemáticos reconocidos, algunos de la UNAM, altos funcionarios y exfuncionarios del sector salud, medios informativos nacionales y varios internacionales, organizaciones, etcétera, etcétera, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS), ponen en duda el número de contagios y muertes que se reportan en nuestro país. Algunos de ellos los he mencionado en artículos anteriores, por falta de espacio, solo menciono dos de ellos, Sky News, televisora británica y la organización “Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad” (MCCI) que calculan, basados en investigaciones realizadas, que el número de muertes en México con tres o cinco veces más de lo que se reporta oficialmente. Y, así las cosas, en México ya entramos a la famosa “nueva normalidad”, decretada por el gobierno de la 4T.
El líder de la OMS ha insistido que antes de la reapertura hay que preguntarse: ¿Está controlada la epidemia? ¿podemos detectar los casos? ¿el sistema de salud puede hacer frente a un rebote? La respuesta a estas interrogantes es que NO, no está controlada la epidemia, no están detectados los casos por las pocas pruebas que se hacen, y el sistema de salud está saturado por lo menos en el centro del país. ¿Que nos espera? sin pruebas, sin certeza, sin claridad… altas probabilidades de un nuevo rebrote, y muy a pesar, ya está en marcha el plan para reactivar la normalidad. ¿Por qué el Gobierno de la 4T se está arriesgando a abrir “la caja de pandora” que significa más muertes de mexicanos? Se está calculando mal, como muchos otros problemas, en donde se ha actuado sin asumir la responsabilidad, echándole la culpa a otros, con ignorancia y con ocurrencias. La pregunta sigue siendo ¿por qué se decreta la “nueva normalidad”?
Primero. Las maquiladoras de nuestro país fabrican partes de la industria norteamericana, como parte de la cadena de producción, y como EEUU empezó a encender los motores de la maquinaria, exige que México reabra la producción, y nuestro gobierno acata.
Segundo. El Plan de Bienestar y Empleo, que instrumentó la 4T, no está funcionando, la gente ya vive con hambre, y se corre el riesgo de una crisis social que se debe evitar. Por más que se nos diga que el PIB es un término obsoleto y que lo que importa es el desarrollo “para el bien de los pobres”, lo cierto es que, no puede haber desarrollo sin crecimiento (PIB), es otra cortina de humo. Así es que, aunque los trabajadores se contagien con el coronavirus, el gobierno decreta que deben salir a trabajar.
Tercero. Para López Obrador es prioridad reanudar sus giras “de campaña” se dice que ya tiene lista su agenda de giras y el banderazo del “Tren Maya”. Lo que importa es acumular el mayor número de simpatías, sin importar que el precio seguir acumulando un aumento en el número de muertes.
¿Qué alternativa les queda a los trabajadores que deben regresar al trabajo en medio de la trayectoria ascendente de la pandemia? Mínimamente, exigir las medidas necesarias para proteger su vida, todas las medidas. Y si no se dan, los trabajadores deben protestar, deben cuidar su vida, son los que verdaderamente producen la riqueza de nuestro país, ni más ni menos.