Hoy hace ocho días que corrí el maratón. Sigo trabajando con la experiencia, acomodado muchas emociones, recuerdos, sensaciones... La verdad es que cada vez me siento más feliz y creo que es porque yo pensé que ese día sentiría un poder excepcional en cuanto cruzara la meta y no fue así, ha sido el análisis y los recuerdos de ese día lo que me ha ayudado a poner las cosas en su sitio.
Pero hay algo que sí noté de inmediato y no lo olvidaré jamás, a mis hijos en el maratón.
Cuando iba en el kilómetro 38, casi 39, estaba desesperada pensando “Dios mío me faltan todavía 4, no sé cómo voy a lograrlo” y aunque iba conmigo gente ayudándome a no renunciar, tenía una sola idea en la cabeza, MIS HIJOS.
Los había visto cerca del km 20, yo iba entera y feliz, me había parado para abrazarlos y recuerdo que me dio tanta emoción que lloré.
El plan era volverlos a ver en el kilómetro 40 para que corrieran conmigo hasta la meta, era mi sueño, por eso decidí correr en México mi primer maratón, por ellos.
Entonces en el 38 solo pensaba “llega al 40, como puedas pero llega al 40”.
Ni la música, ni las palabras de mis amigos, ni estar corriendo con causa por los niños con discapacidad me hicieron seguir, fueron mis hijos. Mi cabeza luchaba, por un lado me decía “por Dios Diana, tírate al piso y ríndete” y por otro lado decía “Llega al 40, por favor logra llegar al 40”.
Llegué, me vieron, se lanzaron a correr junto a mi y enseguida se dieron cuenta que estaba agotada, durante dos kilómetros me fueron diciendo “ya casi mamá, aguanta mamá, ya vamos a llegar”.
Lo recuerdo como si estuviera yo en estado de coma y fuera lo único que escuchara, era lo único que había, mis hijos y yo tratando de llegar a la meta. Uno de cada lado, cuando por fin llegamos, los agarré de las manos, levanté los brazos al cruzar e inmediatamente me puse a llorar, me abrazaron y empezamos a caminar.
Pase lo que pase, siempre será nuestro momento, les pregunté hace poco si dudaron que lo lograría y me dijeron que no, que sabían que no me iba a rendir.
¿Se imaginan cómo me siento?
GRACIAS MARATÓN