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Ali, por siempre Clay / Aquiles Castañeda Böhmer

  • Foto del escritor: redcomarcamx
    redcomarcamx
  • 12 ene 2020
  • 4 Min. de lectura

Nació en el anonimato el 17 de enero de 1942. Su padre lo bautizó con su mismo nombre, el del abolicionista Cassius Marcellus Clay, apodado «el león de White Hall» un defensor de la emancipación de los negros nacido en el condado de Madison, en el estado de Kentucky; quizá ese nombre marcó su historia y forjó los cimientos de la leyenda en que Ali se convirtió. Orgulloso de su raza, el pequeño Cassius hacía preguntas cuando veía que el mundo no era igual para blancos y negros; en su época iniciaba una corriente a la que se sumó desde joven, años más tarde participó activamente en la política y sus palabras inspiraban a millones de personas; en algunos estados, el racismo era tal, que a los negros se les prohibía salir a la calle de día o entrar a lugares públicos. Cuando era un niño, Ali se adentró en el boxeo tras el robo de su bicicleta frente al gimnasio Columbia. Era 1954, Cassius Clay tenía 12 años; el niño llegó furioso al gimnasio donde entranaban algunos policías, tras ver que su nueva bicicleta se había esfumado, el adolescente entró para denunciar el hurto. Ahí encontró a Joe Martin, un agente de policía y entrenador de boxeo. Le dijo, según la leyenda, que quería vengarse del ladrón y Martin le respondió que primero debería aprender a pelear. En ese instante, su vida cambió para siempre: Martin introdujo a Ali en el mundo del boxeo, lo demás lo consiguió él mismo. El día en que Muhammad Ali falleció, miles de personas se reunieron en torno a los puntos que fueron testigos de su historia ¿Por qué celebrarlo? ¿Por qué la presencia de Ali fue tan relevante para el mundo? Ali fue mucho más que solo un atleta. Nació como Cassius Marcellus Clay JR y cambió de religión y nombre, anunciándolo al mundo un día después de convertirse en campeón de peso completo al vencer a Sony Liston. Aunque Ali falleció en Arizona, uno de los lugares donde vivía la mayor parte del tiempo, fue Louisville, Kentucky el punto que lo vio nacer, donde vivió prácticamente la mayor parte de su vida y donde no solamente se convirtió en leyenda, sino además, en Kentucky, transformando su presente cambio el futuro de los de su raza, rompió el paradigma y forma en la que los afroamericanos se percibieron a sí mismos en Norte América. Ali es eso, un personaje grande que estremeció al mundo varías veces. La leyenda de este hombre creció de manera meteórica con el invento de la televisión, justo cuando comenzaba y en medio de su necesidad por encontrar temas y personajes relevantes, apareció Ali. El día de su funeral, el nombre de Ali volvió a gritarse como en el pasado, cuando sonaba al unísono en las arenas donde peleaba. Esa tarde estuve ahí, en la ciudad que lo vio nacer y crecer hasta tocar el cielo con las manos, Louisville, Kentucky; esa ciudad se transformó en el centro de la atención del planeta. Todo refería a Muhammad Ali; venta de playeras en la calles, recuerdos, aplausos y sonrisas. Muhhamad Ali fue héroe y villano en la historia de los Estados Unidos, se negó a enlistarse para la guerra “¿Por qué ir a matar a otro ser humano que jamás antes me hizo nada malo?” Decía el campeón mundial cuando se le cuestionaba de su actitud rebelde ante el ejército del país que primero le cerró las puertas y después se entregó a sus pies. Sus peleas vivirán por siempre, por su significado deportivo y por todo lo que les rodeaba, estrellas, guerra, activismo y política. Ali padeció el mal de Parkinson por más de treinta años, la enfermedad fue terminando gradualmente con dos de sus cualidades más preciadas, su movilidad y su voz, los instrumentos que lo definían como un ser humano virtuoso, con los que se dio a conocer; por fortuna, Ali, el personaje, nació con la televisión, sus palabras, su pensamiento y su voz, estaban ahí, en video, presentes para homenajearlo y para recordarlo ¿Cuál es el legado de Ali? Un museo extraordinario en el Ali Center de Louisville, Kentucky, el lugar que cada año celebra a lo más destacado de la humanidad, donde se reconoce a las personas que siguiendo sus principios, hacen de este un mundo mejor. Despidiendo a Ali, Louisville se llenó de vida, las calles se abarrotaron, la tristeza se convirtió en júbilo. Reencuentros, largas conversaciones, aplausos y alegría de quienes secándose las lágrimas, y al más puro estilo de Ali, recobraron el aliento para seguir avanzando. "Todo es posible", dijo alguna vez, luego lo demostró; Ali fue un luchador incansable que supo darle la vuelta a cada obstáculo que se interponía entre él y su éxito. El 17 de enero de 1942, nació como Cassius Clay, un icono de la historia de la humanidad que tuvo también la fortuna de ser el boxeador más grande de todos los tiempos.

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